DIA 1: Volando voy...

Pues ya llegó el día. Después de varios meses de preparativos, buscando hoteles, vuelos, organizando salidas y, en general preparando detalles, ha llegado la fecha de partir. Aunque ya es la tercera vez que viajo a Japón, en esta ocasión el viaje va a ser distinto, esta vez voy con la familia. Más que ver mucho, vamos a intentar disfrutar mucho. Que tontería, no? Hay miles de cosas interesantes que ver en Japón, tantas que no se pueden abarcar en un solo viaje, así que, no vamos ni siquiera a intentarlo. Preferimos disfrutar de las pocas cosas que veamos e intentar disfrutar de los pequeños detalles.En esta ocasión vamos a cambiar la manera de ir al aeropuerto. Tradicionalmente, habíamos pedido (ejem, “gorroneado”) a algún amigo o familiar que nos llevara en su coche, pero, aprovechando que desde hace poco Barcelona dispone de una línea de metro que llega a las dos terminales del aeropuerto, hemos decidido probar. El resultado ha sido muy bueno, en poco más de 30 minutos te recorres toda la línea y te plantas en la terminal 1. Aunque depende de donde tomes la línea, el principio puede ser casi una experiencia religiosa; hasta 6 escaleras mecánicas consecutivas hemos contado para acceder al andén, todas de bajada…bajando al infiernoo.

Y aquí estamos, en el aeropuerto de Munich, esperando nuestro enlace con el aeropuerto de Haneda. Y mientras esperamos nos damos una vuelta por el aeropuerto. Nada que nos haya llamado la atención, bueno si, un par de cosas.  Primero, hay locales exclusivos para fumadores. 

Y luego, quien no querría, mientras espera el avión, echarse una siestecita justo frente su puerta de embarque? Me han leído la mente...

A ver si vamos a perder el avión, correeee! Próxima parada, Haneda.

DIA 2: Aterrizamos. Tokyo-Ueno

Después de 12h de vuelo desde Munich, al fin llegamos a Haneda, uno de los aeropuertos internacionales de Tokyo. La verdad es que en términos generales, volar con Lufthansa no ha estado mal. Quizás la comida podría haber estado mejor, y han recogido los auriculares que han dado al despegar, serán roñosos, hasta Renfe los regala! Tras las pertinentes rondas de control de seguridad y aduanas del aeropuerto, al fin puedo tachar unas de las cosas a hacer en suelo Nipón, reencontrarme con Toto. Ay, mi añorado Toto, mi querido Water Toto, como he echado de menos tus cuidados. Cualquiera que haya probado uno estará  de acuerdo conmigo, esos chorritos fresquitosooos...

Luego toca recoger el Wifi portátil, imprescindible. Con un poco de lío, porque ya no me acordaba de que los japos suelen tener un local en el aeropuerto para recoger paquetes y otro para enviarlos, y suelen estar en las mismas coordenadas pero en plantas separadas. Mira que tienen ganas de liarla, oye... Total, que con la tontería nos hemos dado un paseo por el aeropuerto (muy cuco por cierto)

Vale, pues una vez comunicados, toca ir al hotel. Para eso hemos usado el monorail y luego el tren hasta Ueno. Hemos dejado las maletas en consigna porque era temprano para entrar en la habitación y nos hemos ido a comer. Como el parque de Ueno estaba muy cerca, nos hemos dirigido allí, y hemos tenido la suerte de encontrar una feria de comida taiwanesa. Genial, pues a probarla, empezamos fuerte! Mientras, desde las alturas nos vigilan unos auténticos ladronzuelos aéreos, los cuervos. Si te descuidas, se te llevan la comida, como le ha pasado al desafortunado propietario de esta bicicleta.

También hemos aprovechado para pasear por el parque de Ueno. Además de los jardines, podemos visitar algún museo y templos, como por ejemplo, el templo Toshogu, creado en memoria de Tokugawa Ieyasu.

Pero el calor era tan intenso que nos hemos tenido que refugiar en un local comercial. Aquí hemos descubierto una de las facetas japoniles más conocidas, el consumismo. Seguro que alguien que conozco no desaprovecha la ocasión que le ofrece tanta experiencia local en este campo 😎 De hecho, ya ha caído un gorrito para el calor...

Con el calor que hace y lo poco que hemos dormido es mejor recogerse pronto hoy. Mañana nos toca una de las excursiones desde Tokio. Pero antes, hay que probar la gastronomía local, una cenita ligera y a dormir. Hay que aprovechar que hemos llegado en pleno Tanabata.

DIA 3: Kamakura y Akihabara

Creo que hemos dormido más de 9 horas del tirón. Tal era nuestro agotamiento acumulado por el avión. Hoy haremos la primera excursión, visitaremos los templos de Kamakura, algunos de ellos patrimonio de la humanidad de la UNESCO, y otros tantos que están esperando a serlo. Pero antes, a desayunar! No nos vamos a complicar, el hotel ofrece un desayuno típico por pocos yenes.

Hoy toca también activar el Japan Rail, así que eso hacemos. Las chicas del mostrador de la estación de Ueno, muy simpáticas y en un perfecto inglés, nos sellan los pases, y cuando les sueltas algo en japonés, se arrancan a hablarte en japonés como si no hubieran estado hablando hasta que tú has llegado. Chotto maaaaate kudasai! Un momento! Más despacio, que no me entero!

Así que, con los pases de tren preparados, nos dirigimos a Kamakura. En un principio nos hemos detenido en la estación de Kamakura. Error. Al salir no sabíamos bien bien donde ir, todos los puntos de interés nos parecían lejanos. Tan perdidos hemos parecido, que un amable japonés (llamémosle Akira, ya que no se ha presentado) se ha ofrecido a ayudarnos. En un primer momento he pensado que quería ofrecerse como guía, así que he desconfiado un poco. Pero luego me he dado cuenta que no, cuando nos ha dicho "es que os he visto yendo para allí, para aquí, otra vez para allá, como patos de feria, más perdidos que un pingüino en el desierto, y he pensado, estos Gaijines están perdidos" (todo esto en inglés) Pues si don Akira, un poco perdidos andábamos. Y es que desde la estación de Kamakura hay un buen trozo para ver los templos, tanto en dirección norte como en dirección sur. Akira nos ha acosejado, que por nuestro tono de piel y el caluroso día que hacía, era mejor que fuéramos en tren. Gracias Akira, nos has salvado de una insolación y de una discusión de pareja 😄 De nuevo, qué majos estos Japos.

En definitiva, que hemos tomado de nuevo el tren y nos hemos bajado en Kita Kamakura para ver los templos Engakuji, Toukeiji y Jouchiji.

Luego hemos vuelto a tomar el tren hasta la estación de Hase en un tren que sale desde la estación de Kamakura, para ver el Koutokuji y el Hasedera.

Por cierto, los trayectos de tren son como en las pelis, no ha salido el señor de los guantes blancos apretando al último que ha entrado en el vagón para que todos se apreten más, pero vamos, no cabia ni un caniche.

Hemos aprovechado las visitas entre templo y templo para comer en un restaurante de la zona. No he podido aguantar la tentación de pedir un Omuraisu. Que rico!

Ya al salir del último templo, se nos ha hecho tarde para ver cualquier otro, suelen cerrar entre las cuatro y las cinco, y como la tarde era joven, hemos decidido aprovechar para ver Akihabara en su mejor ambiente, de noche con todos sus carteles iluminados.

No hay que decir muchas cosas de esa zona, es muy conocida su fama por encontrarse tiendas de productos electrónicos, manga y derivados y algún que otro local con productos para adultos (ya me entendéis) Es todo un espectáculo pasear y curiosear en Akihabara.

Y como se hacía tarde y teníamos que cenar, nos hemos parado en un restaurante de la zona para comer sushi, por primera vez en este viaje. Que bueno! Y no tan caro, más o menos como en Barcelona.

DIA 4: Asakusa y Shibuya

"Agua...aire...!" Así podríamos resumir el día de hoy. "Agua", por la cantidad de litros que hemos ingerido y expulsado, y "aire" por la cantidad de gente con la que nos hemos encontrado, tanta que a veces te sentías un poco asfixiado. Y es que, venir en fiestas a una gran ciudad, ya de por sí masificada, tiene sus pros y sus contras. Por un lado es genial porque ves en plena efervescencia a los habitantes del lugar, pero por otro te encuentras con doble aglomeración, la propia de la festividad y la del turismo.

Hemos empezado el día en Asakusa, bajando por la calle donde está nuestro hotel, casi en la estación de Ueno hasta Asakusa, y estaba toda engalanada y los tenderetes preparándose para la celebración. Como íbamos temprano no había nada preparado aún, así que hemos llegado a los alrededores de Asakusa en menos de 20 minutos. 

Hemos podido curiosear sin problema las pocas tiendas que estaban abiertas, hasta llegar a los alrededores del templo. Os acordáis cuando éramos pequeños y veías un hormiguero, y lo pisabas para verlas salir? Pues eso, pero en personas. 

Yo ya me esperaba que hubiera mucha gente, quizás no tanta,  pero bueno, que no me ha sorprendido mucho, pero mi mujer se ha quedado anonadada. Hemos pasado casi de puntillas (o mejor dicho, a paso de muñeca de famosa) por los puestos de recuerdos, por la puerta con los tres fanales y por el templo, y nos hemos alejado en dirección al río, para luego, siguiendo su curso, llegar al edifio de Bandai, donde me he hecho una foto con una reproducción a cuerpo entero de Son Goku (había también de otros personajes, como Doraemon, pero donde esté Goku...)  Por cierto, de camino, en un cruce, nos hemos topado con un tipo sentado en una silla y con un artilugio parecido al que se usa para contar personas, pero en vez de uno había como seis o más juntos. Luego, en la otra esquina había otro tipo, pero es que nos hemos fijado y en cada esquina había uno con semejantes artilugios. Que estarían contando? Sólo se nos ocurre que contaban vehículos de diferentes tipos. Si es así, menuda paciencia, y menudo trabajo. Olé la parsimonia nipona!

Hemos tomado el tren y nos hemos plantado en Meiji Jingu, un templo dedicado al emperador Meiji, situado dentro del parque Yoyogi. La verdad es que es un sitio precioso, lástima que el templo esté en obras, pero sí hemos tenido oportunidad de entrar en los jardines del palacio. Mi mujer no hacía más que pedirme si le podía hacer unos iguales...sí cariño, sí, lo que tú quieras, pero hoy no que hace mucho calor 😋

Queriamos ver a las tribus de Rockabillies que poblan ese parque los domingos, pero, o se habían ido a tocar la gaita (guitarra, perdón) a otra parte o se han derretido como muñecos de cera en el asfalto debido al calor. Para entonces, ya habíamos bebido cada uno 1 litro de agua y estrujado de nuestras camisetas otro tanto. Lo que sí hemos visto es una boda tradicional japonesa. Según parece,es frecuente verlas los domingos.

De aquí, hemos bajado por la calle Takeshita Dori (hoy debería haber cambiado el nombre por "galería del hormiguero Takeshita") y sus incontables tiendas, entre ellas una tienda Daiso de 5 plantas que hemos visitado con mucho gusto (y donde hemos comprado como locos por 100 yenes, más impuestos, que eso no lo dicen clarito) 

Hemos aprovechado que estábamos allí para comer algo rápido y luego nos hemos puesto rumbo al adinerado barrio de Sendagaya, donde hemos visto más coche lujoso por metro cuadrado que nunca en está ciudad, para luego ir a buscar Aoyama Dori y bajar, empapándonos del lujo (y sudor) de las tiendas, hasta Omotesando y continuar hasta el conocidísimo cruce de Shibuya (que es donde debe vivir la hormiga reina, de este nuestro hormiguero). Ese cruce que sale a menudo en los documentales pasando gente sin parar. 

Pero estos documentales no enseñan la estatua del perro Hachiko, que realmente es lo que yo quería ver. Pobre Hachiko, si supieran tu historia...

Ya cansados volvemos al hotel, pero antes, nos volvemos a pasar por la calle que esta mañana estaban preparando para la fiesta, y sí, ahora ya está más animada, pero no tan abarrotada como para no quedarnos a disfrutar un poco de la fiesta.

DIA 5: Nikko

Hoy nos vamos de excursión, la segunda desde que estamos en Tokyo. Viajaremos a Nikko, patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999. Alberga paisajes naturales de gran belleza y obras arquitectónicas de gran valor cultural. 

Como Nikko está lejos, a unos 150 km de Tokyo, y aprovechando el JR Pass vamos a usar el Shinkansen, el tren de alta velocidad Japonés. Uy qué lástimaaa, que yo no queríaaaa 😎 Conviene reservar asiento en el Shinkansen antes del viaje, ya que, aunque existen asientos sin reserva, en hora punta es posible que nos quedemos sin plaza. Por eso, hemos reservado el de ida y el de vuelta, aunque ello suponga tener una hora límite de vuelta.

La primera parte del viaje la hemos hecho en tren, Shinkansen mas un trasbordo en la Nikko Línea hasta Nikko. 

Una vez allí, nos hemos de mover por los alrededores a pie o en autobús, que no está incluido en el JR. Básicamente, de Nikko se ven 3 ó 4 templos principales, un puente y una cascada, y si te quedas más días se pueden hacer rutas turísticas por el lago o por el parque natural. Pero con un solo día, complicado poder hacer estas dos últimas cosas, de hecho, es difícil ver todas las primeras sin morir en el intento. A nosotros sólo nos interesaba ver el santuario Toushougu, dedicado a Tokugawa y famoso por los tres monos (el que no oye lo que no puede ser oído, el que no dice lo que no puede ser dicho y el que no ve lo que no puede ser visto), el puente Shinkyou, y para cambiar un poco el registro histórico-cultural que llevamos, la cascada Kegon, una de las más famosas de Japón.

Una vez llegas a la estación de Nikko, es interesante que vayamos directos a la ventanilla de tickets, saliendo a mano derecha, ya que nos van a ofrecer unos vales de autobús con los que podemos usar el servicio tantas veces como queramos y hasta donde indique el vale. Hay varios, de diferente tipo y tramos (por ejemplo, en nuestro caso hemos comprado un vale que nos llevaba hasta la catarata, viajes infinitos y válido durante dos días por 2000¥) Si no hacemos esto, y queremos usar el servicio de autobús hasta la cascada, preparaos el vientre para que os hagan el suicidio ritual, porque sale carísimo (viaje de ida hasta las cataratas 1150¥) Eso si, no cometáis el mismo error que hemos cometido nosotros, esto es, equivocarnos de autobús y no darnos cuenta hasta pasadas unas paradas. Cuando nos hemos dado cuenta, hemos tenido que abonar la diferencia y dar marcha atrás, abonando otra vez la diferencia.

Hay que aclarar alguna cosa sobre los viajes en autobús en Japón. Primero, por norma general se accede por la puerta de detrás del mismo (aunque en Nikko de 4 autobuses, sólo se ha hecho en uno). Se paga al llegar al destino, abonando la cantidad justa en metálico (la misma máquina en la que se paga recoge por otro sitio billetes y te da cambio). Son pequeños, pero pasan con frecuencia. Nota curiosa, el conductor lleva siempre guantes blancos impolutos, así como los taxistas (nota mental, tengo que averiguar porqué)

Dicho esto, hemos cogido un autobús que nos ha llevado desde la estación de tren hasta arriba, en la montaña, desde donde se podía ver la cascada, unos 40 minutos de trayecto, y hemos podido contemplarla...Una cascada, un impresionante salto de agua. No voy a ocultar un poco mi decepción. Y que esperaba? La verdad es que no lo sé, algo más, quizás. Vale la pena pagar esos 2000¥ del vale de autobús por persona para ver la cascada? Depende, quizás para un solo día, no. O que se te antoje mucho ver la cascada y luego pateartelo todo en bus...o que te sobre el dinero...o que no lo sepas, como nos ha pasado a nosotros.

Por lo menos, en el trayecto hemos podido ver el lago...dos veces, porque ha sido cuando nos hemos equivocado de autobús para bajar. El autobús que realmente baja de nuevo a la estación de tren desde el punto donde lo hemos tomado, hacía un alto en la estación desde donde se puede ver la cascada. Ha sido en ese momento cuando nos hemos quedado solos en todo el trayecto de bajada. El amable conductor, llamémosle Kamikaze San, nos ha aconsejado que nos sentáramos delante del todo, de manera que podíamos ver en panorámica todo el trayecto. Qué majo el señor conductor, le sonreímos. Que bonito el paisaje, al comenzar el trayectos, nos reíamos. Y luego se ha reído él. Porque la carretera, de un solo sentido y de bajada, carretera de montaña, ha cambiado de carretera feliz, a carretera infernal con curvas de 180 grados (o más) y desfiladero de vértigo a un lado. Y esto estaría bien si no fuera porque el señor conductor, profesional él, sabiéndose todo el trayecto de bajada, tomaba el volante y lo giraba en las curvas como si fuera un timón de barco el capitán le gritara "todo a baboooor", y ale, todos los del autobús (nosotros dos) a un lado, y luego al otro, y el autobús fregando los quitamiedos de la carretera. Y de vez en cuando, cuando al señor Kamikaze se le antojaba, decía "mite,mite" (mirad, mirad) y por la parte delantera se asomaba un abismo de cientos de metros de caída libre, mientras el conductor seguía girando el volante y riéndose a lo Freddy Krueger (esto último lo he visualizado yo). Os puedo prometer que ese tipo ha disfrutado con esos momentos, le he notado una ligera mueca en su serio semblante. Ya se ha ganado el sake y la espada para la próxima misión suicida. Pero ha habido momentos bonitos en el trayecto. Hemos visto algún cervatillo...y una cascada. Y ya.

Después de pasar por la montaña rusa japonesa, nos hemos dirigido al puente. Shinkyou, es un puente muy bonito la verdad. Dicen que en el pasado solo el emperador podía cruzarlo.

Y seguidamente hemos visto el santuario Toushougu, el de los tres monos. Es un santuario diferente, muy colorido, a diferencia de los que hemos visto hasta ahora. En este santuario es en el primero que nos hemos tenido que descalzar más de una vez para visitarlo todo. Pobrecita, mi mujer no sabe lo que le espera en Kyoto 😂

Es un santuario que está en estos momentos en obras, como alguno más que hemos visitado en Kamakura y Tokyo. Supongo que deben estar dejándolos listos para el 2020, para las Olimpiadas. Me pregunto si ya habrán escogido canción...

Y por hoy hemos tenido suficiente. Hemos dedicado el resto de la tarde a disfrutar un poco del magnífico día que hacía en Nikko, y del viaje de vuelta en tren. La verdad es que merece la pena quedarse una noche en Nikko y disfrutar del lugar. El paisaje es magnífico, y para ver los templos se necesita más de un día, pero bueno, como todo en los viajes no? Hacemos un "tastet" y a otra cosa, que lo importante es disfrutar sin agobios.

DIA 6: Hakone

Aprovechando que vamos a tener un día soleado, iremos a visitar Hakone. Hakone es conocido sobre todo por sus aguas termales y por sus vistas al monte Fuji, pero también es un lugar con un entorno natural precioso y además, en la antigüedad, punto de control de la ruta a Edo, de la que queda un tramo que se puede recorrer (y también hay un barco pirata que nos puede llevar de crucero por el lago Ashi jejeje ☠). Destacable también es la antigua residencia del emperador Meiji, el palacio de Hakone. 

El viaje lo hacemos en Tokaido-Sanyo Shinkansen que sale de la estación de Tokyo, hasta Odawara y desde allí tomamos el Hakone Gozan Línea hasta Hakone Yumoto.

Hay un pase que se puede comprar en la estación de Odawara que nos permite utilizar todos los transportes principales de Hakone por 4000¥ y válido por 2 días. A no ser que se tenga claro que solo vamos a estar de un lado para otro andando allí donde nos deje el primer transporte, vale la pena, sobre todo con el calor que hace. Aunque las distancias parecen pequeñas en el mapa, la ruta que principalmente vamos a hacer, una vez en Hakone, será de Moto-Hakone a Hakone Yumoto son 10Km (más de 2h y media a pié) y en bus son 960¥ por persona y trayecto. Si añadimos el tren de Odawara a Moto-Hakone, que tiene un pase válido por un día por 1540¥, ya casi estamos en esos 4000¥, y tenemos la movilidad un tanto limitada.

Cuando nos hemos apeado del tren, lo primero que hemos hecho es tomar un autobús que nos llevase a Moto-Hakone, pasando por la casa de té, Amazake-chaya. En esta casa de té sirven, entre otras cosas, Amasake, una bebida no alcohólica y sin azúcar hecha a base de arroz Koji. Tiene un sabor ligeramente dulce y un aspecto denso y grumoso. Sinceramente, no está mala, pero es una textura a la que hay que acostumbrarse.

Luego hemos continuado en autobús hasta Moto-Hakone Ko porque queríamos hacer el antiguo camino de cedros. En el trayecto, hemos conversado con unos chicos Américanos que nos han enseñado fotos de su viaje. Han sido escasos 10 minutos pero ya no veía la hora en que el autobús llegará a la parada, no han podido esperarse a su casa para enseñarlas, no. Afortunadamente, se han apeado antes que nosotros.

Cuando hemos llegado a Moto-Hakone Ko, hemos continuado la ruta por el camino de los cedros, muy bonito, hasta llegar a un punto de observación del Monte Fuji. Pues no estaba. Las nubes lo tapaban todo. Hemos presupuesto que estaba en tal dirección y nos lo hemos imaginado.

Un poco decepcionados, hemos continuado hasta el punto donde se toma un ferry que cruza el lago, un ferry un tanto particular porque tiene apariencia de barco pirata.

En el trayecto existe la oportunidad de, en un momento determinado, ver de nuevo el Monte Fuji, pero de nuevo las nubes lo han tapado. Pues nada, qué se le va a hacer. Justo en ese instante mi mujer me dice que ha visto subir a la pareja de Americanos por las escaleras que dan a la cubierta superior del barco. Nooo! Como nos vean continúan con su documental. A ponerse las gafas y hacerse el sueco. El ferry llega a su destino, esperamos, ellos pasan delante y dejamos un grupo de italianos entre nosotros y ellos. Vaya, parece que se dirigen al teleférico también...por suerte se suben a otra cabina justo antes de la nuestra.

En el trayecto del teleférico hay otra oportunidad de ver el monte Fuji, pero de nuevo está nublado. Al menos, las vistas son espectaculares.

Al final del teleférico llegamos a Uwakudani, donde se puede ver como escupen gases sulfurosos las chimeneas del volcán. También podemos comer un plato típico, el kurotamago, un huevo duro de color negro por fuera, pero totalmente normal por dentro, fruto de haber hervido el huevo en agua con azufre. Evidentemente sabe a eso, a huevo duro. También hay un mirador donde puede verse el monte Fuji. Por supuesto, no lo podíamos ver por culpa de las nubes. Así que, hacemos una foto allí donde debería estar y que mi cuñada, una experta en Photoshop, me lo pinte, eh? 😋 A tomar viento...

Como no podía ser de otra manera, hemos visto a la pareja de Americanos, esta vez ya estaban hablando con otra víctima, una pareja de su propia nacionalidad. Que pesaos oye...al menos no van a poder enseñar la foto del Fuji, jejeje.

Pues con eso terminamos la excursión, bajamos hasta la estación y volvemos en Shinkansen a Ueno.

Exceptuando por la foto del Fuji, la verdad es que Hakone nos ha dejado un buen sabor de boca. Los paisajes son realmente bonitos, es un lugar agradable para pasar un día de relax, tal y como hacen los japos, aunque no hayamos probado las aguas termales.

Por cierto, hoy habremos tomado como el cuarto autobús Japonés desde que estamos aquí, y se puede decir que el caso de ayer de Kamikaze San es un poco extremo. Hoy no nos ha parecido que fueran demasiado deprisa. Seguiremos informando...

DIA 7: Palacio Imperial, santuario de Hie, Shiba y Odaiba

Hoy la reseña va a ser visual, dejaremos que las fotos hablen por si mismas. Estamos tan cansados, por el calor y las caminatas, que nos cuesta mover el dedo de la Q a la W del teclado. Hemos empezado el día dando una vuelta por los jardines del palacio Imperial. Aunque no es complicado, no hicimos reserva para la visita guiada, más que nada que dura 2h y se hubiera comido mucho tiempo. La parte exterior del Palacio no es gran cosa, pero al menos se puede ver la muralla y el foso que la envuelve. Además, he podido pasar puerta de Hanzo, yeah! Un punto de frikismo...:)

De ahí nos hemos dirigido al santuario de Hie. Es un santuario precioso, con una escalera sobre la que han construido multitud de torii seguidos, al estilo del Fushimi Inari Taisha (ya os contaremos en un futuro cercano sobre este templo), de verdad muy muy bonito. La entrada a este templo es gratuita y nos hemos encontrado 50 yenes, que luego hemos devuelto al templo.

Luego hemos ido al barrio de Minato, al jardín de Shiba, lugar donde se encuentra el templo de Zoujou-ji. Este templo, también de entrada gratuita, tiene unos de los altares más bonitos que hemos visto hasta ahora, y tiene la peculiaridad de que alberga multitud de estatuas de niños pequeños llamados jizous, que portan un gorro rojo para protegerlos y que están consagradas a la protección de los niños. Desde aquí también se puede ver la torre de Tokyo, la roja. En este nos hemos vuelto a encontrar 50 yenes, que también hemos devuelto al templo. Si es que somos majos eeeh 😎

Y por si si no teníamos suficiente con eso, hemos tomado el monorail y nos hemos planta en Odaiba (o como dice una que yo me sé "Odaiba la ostia" 😄) Ya solo el camino del monorail es espectacular, se ve el puente colgante en primera fila,y una vista de la bahía de Tokyo fantástica. Y en Odaiba, pues de todo, centros comerciales, restaurantes, un Onsen que recrea una vieja casa de la época Edo, y por supuesto, la estatua de la libertad (no, no me ha dado un golpe de calor, estos Japos tienen una reproducción de la estatua de New York aquí mismo)

Hoy ha sido un día intenso, de contenido y de calor. Pero ha valido la pena pasar un poco de penurias. Tanto los templos que hemos visitado como Odaiba, valen mucho la pena.

DIA 8: De compras por Tokyo

Un viaje a Japón es menos viaje si no se dedica un tiempo a entrar en los centros comerciales y tiendas en general y, de paso, admirar o sorprenderse con la inmensa variedad de artículos que hay. Existen muchas zonas para hacer esto, nosotros hemos escogido hacer una zona por la mañana, Asakua, y otra por la tarde, Shinjuku.

Pero vamos, que casi da un poco lo mismo por donde se vaya, hay infinidad de tiendas y locales por todas partes. En Asakusa se pueden encontrar multitud de puestos con artículos de regalo y para picar si entra el gusanillo mientras curioseas. Tambien es un buen sitio para buscar prendas típicas como yukatas o samues y en general cualquier artículo de tela. Nos ha llamado la atención una tienda especialista en productos para ninjas, ahí van las evidencias.

Sin palabras...

De verdad que podríamos estar todo el día dando vueltas por Asakusa, pero, después de comer algo, hemos ido a Shinjuku. Paseando por ahí, nos hemos encontrado otro par de artículos curiosos. Este, no necesita explicación (pulsar en la foto para reproducir el vídeo)

Este otro tampoco, pero como a mi me lo han tenido que explicar allí va, "es como un salva-medias pero con agujeros para los pies". Fin de la cita.

Para los frikis de las bebidas rarunas (osea, mismamente yo), el paraíso del Calpisu.

Y por último, pero no menos importante, un protector solar para brazos y manos.

Y es que las japonesas se cuidan muchísimo la piel. Cremas, protectores solares, paraguas y también ropa para tapar cualquier parte del cuerpo expuesto al sol. Y ese es el motivo de este producto. Día a día veíamos japonesas portando estas prendas con el calor que estaba haciendo y ahora le vemos el sentido.

Supongo que alguno ya lo sabe (eh, pillines) pero la venta de articulos relacionados con el sexo es de lo mas común. No es extraño entrar en unos almacenes y que tengan esta clase de articulos junto con los articulos de cocina, por ejemplo (os lo prometo, supermercado Don Quijote de Shinjuku, pero no es el único)

Nos hubiera encantado quedarnos más tiempo para ver artículos curiosos, pero mañana partimos a Kyoto, y tenemos muchas cosas que preparar. Así que, con pena, nos despedimos de Tokyo, hasta luego...porque habrá que volver, seguro.

DIA 9: Llegada a Kyoto. Kiyomizu dera

Hoy me vais a perdonar, pero voy a ser muy breve. Hemos tenido un problema con el hotel y mañana hemos de trasladarnos a otro. Se ve que ha habido un problema a la hora de reservar (overbooking han dicho), y de las 7 noches, la segunda y la tercera la teníamos que pasar en otra habitación en un edificio sin terminar de construir y sin las condiciones pactadas, como por ejemplo, el baño en la propia habitación. Y luego de esas dos noches, teniamos que volver a la antigua habitación. No hubiera sido más fácil que "los otros" fueran los realojados, que solo pasaban dos noches? Esto es lo que hemos preguntado. Casualidad (o no) esas dos noches son las del fin de semana del Gion Matsuri, la gran fiesta de Kyoto. Y casualidades, o no, los "otros" eran Japos. No querría pensar mal, pero los datos son esos. Asi que al final, hemos pagado esta noche y mañana estaremos en un hotel distinto. Dicho sea, las dos chicas que han tenido que tratar con nosotros y pasar el mal trago han sido encantadoras, asistentes las dos. Así que, avisados quedáis, si queréis venir por las fechas del Gion, más os vale alojaros desde un principio en un hotel serio.

Dicho esto, antes de todo este tinglado, hemos aprovechado para ver unos de los templos más bonitos de Kyoto, el Kiyomizu Dera. Os dejo  un puñado de fotos.

DIA 10: Nara y Kyoto. Kawamuramachi, Pontocho y Shijo dori

Hoy ha sido un día ajetreado. Primero no hemos cambiado de hotel, y luego hemos salido por patas para no llegar muy tarde a la excursión que teníamos planificada, Nara. Nara fué, junto con Kyoto, antiguas capitales de Japón. Tiene una cantidad importante de templos en buen estado, de entre los cuales sobresale el Toudai-ji. 

Este templo es famoso por la gran estatua de Buda (conocida como Daibutsu, vamos, de la misma forma que otros budas gigantes) y porque es la construcción de madera más grande del mundo, y eso que en la actualidad es un 33% más pequeño de lo que fué originalmente. 

Nara también es conocido por sus ciervos, que corretean libremente por el parque y persiguen a los turistas que les dan de comer, y mordisquean y golpean levemente con su cabeza a los que no les dan, a ver si cae algo (una patada de borrico es lo que les va a caer como me toquen!) Los ciervos son tesoro nacional de Japón y se les considera mensajeros de los dioses, mensajeros hambrientos, parece ser.

Esto va de la siguiente manera; el humano incauto va detrás de los ciervos para hacerse una foto, pero los ciervo no les hacen caso y se apartan. Entonces, el humano compra una chuchería para ciervos y entonces son los ciervos, a veces en manada, los que persiguen al humano, que ha de huir para que no le coman hasta los...cordones de las zapatillas. Me recuerda al chiste del argentino que se va a vivir Toronto.

Nara también tiene un enorme parque que hemos recorrido parcialmente porque, para no cambiar, hoy ha hecho un calor de espanto.

Así que, luego hemos decidido irnos a ver geishas. Hemos ido hasta Kawamuramachi, hemos dado una vuelta por esa calle y las contiguas, luego por Pontocho y hemos terminado por Shijo Dori. Esto que he escrito en tres líneas nos ha llevado toda la tarde, porque al ser vísperas del Gion había muchiiiiisima gente, tanta que no se podía andar. De hecho, a partir de cierta hora de la tarde han cortado algunas calles para que pudiera pasar la gente. Luego por la tarde, algunas calles se han vaciado un poco, pero otras, seguían con el gentío.

Y en todo ese rato, no hemos visto ninguna Geisha, Maiko o sucedáneo. A lo mejor se han ido a otra parte, con tanto agobio de gente. Le preguntaré al argentino de Toronto a ver si las ha visto...

DIA 11: Kyoto. Kinkakuji, Nijoujou y víspera de Gion Matsuri

Hoy visitamos dos de los lugares más bonitos de Kyoto. En primer lugar hemos visitado el Kinkakuji, o templo del pabellón dorado, mandado construir por el shogun Ashikaga Yosimitsu en 1397. Es un templo de gran afluencia de visitantes, tanto extranjeros como locales. La particularidad de este templo es que las paredes de los dos pisos superiores estan recubiertas de pan de oro.

El complejo del templo también consta de una casa de té y un jardín realmente bonito.

La verdad es que es para estarse horas admirando el templo. 

Luego hemos ido al castillo de Nijou, ahora más una casa fortificada que propiamente un castillo. Fue mandado construir por Tokugawa Ieyasu, el fundador del shogunato Tokugawa, en 1679. El complejo actual del castillo consta de dos anillos concéntricos de fortificaciones dentro de las cuales hay dos palacios. El palacio del primer anillo es el que se puede visitar, así como los jardines que están dentro de los dos anillos amurallados.

Y si no habíamos tenido suficiente, hoy era la víspera del Gion, lo que significa que las carrozas Yamaboko ya estaban preparadas para el desfile de mañana. Así que, por la noche, guiados por una amiga Japonesa que ha venido expresamente de Ejime para vernos (te estaremos eternamente agradecidos), nos hemos puesto el disfraz de hormigas y nos hemos infiltrado en el hormiguero. 

Las carrozas están hechas íntegramente en madera, sin usar clavos, y son tan altas como edificios de tres plantas, mucho más contando el poste central (yo lo llamo antena, porque es lo que parece) Una vez terminado el Gion Matsuri, las desmontan a piezas y las almacenan. De estas carrozas hay principalmente dos tipos, las tipo Hoko, que son las que tienen ese poste enorme, y las Yama, que representan personas o personajes famosos. Todas están ricamente ornamentadas, con farolillos y otros elementos. Por ejemplo, hay una carroza que tiene forma de barco.

En las calles, como en toda fiesta popular, estaban los clásicos puestos de comida ambulante.

En estas fotos no se aprecia todo el conjunto porque es de noche y había muchísima gente. Además estaban protegidas con plásticos. Mañana, las veremos un poco mejor.

DIA 12: Kyoto. Gion Matsuri y templo de Yasaka

Hoy ha amanecido despejado, en contra de lo que decían las predicciones. Eso es bueno, porque ver el desfile del Gion con lluvia, podía ser mortal.

Nos hemos levantado temprano, un poco más de lo habitual, porque queremos coger buenos sitios para ver el desfile, aunque, estando en Japón, seguro que somos de los últimos en llegar. El desfile empieza a las nueve y hace un recorrido en forma de U. Las 23 carrozas salen cerca de la estación de Karasuma, llegan a Shijo Kawaramachi, donde giran, siguen hasta el ayuntamiento de Kyoto, donde vuelven a girar y termina cerca de la parada del metro de Tozai.

Los mejores sitios para ver el desfile son las zonas donde los Yamaboko han de girar, porque han de estar un buen rato para hacerlo. Pero claro, cuando hemos llegado no cabía en esa zona ni un alfiler. Así que, nos hemos alejado un poco hasta encontrar un hueco entre las cabezas. Esto eran las 8:45, un poco antes de que empezara el desfile. Antes de que pase el desfile, han preparado las calles...que apañaos estos Japos, oye.

Hasta las 10:20 más o menos no hemos visto la primera carroza aparecer por la esquina de Shijo. Como hemos comentado, al no tener ruedas directrices, les cuesta girar. Para hacerlo, se ayudan de trozos de bambú que ponen debajo de las ruedas, mojan el suelo y estirando hacia el lado al que quieren girar la carroza consiguen orientarla. Lo hacen en dos veces para girar los 90, grados.

Precediendo a la carroza, siempre hay una comitiva, y luego vienen "los currantes", osea los que tiran de ella.

Y luego la carroza en sí misma.

Después de ver unas cuantas carrozas pasar, me ha dado la sensación de que es como una mezcla entre las procesiones de semana santa y la cabalgata de Reyes. Y después de ver esta carroza, aún más.

La verdad es que manejar un artilugio como ese requiere de una gran organización y trabajo en equipo.

Es una gran fiesta. Solo echo a faltar más participación femenina. Pero es la tradiciónz y la tradición dicta que solo los hombres intervienen en el desfile.

Una vez terminada la fiesta, comienzan a desmontarlos, así que podemos curiosear sus entrañas.

Después de ver las carrozas, hemos ido al templo de Yasaka.

Y para acabar el día, al mercado Nishiki, donde puede encontrarse casi cualquier producto:

DIA 13: Kyoto. Arashiyama

Vamos a hacer una de las excursiones mas populares que pueden hacerse desde Kyoto, Arashiyama. Esta población es famosa por varios motivos, un templo zen, un puente, un bosque de bambú y un parque de monos de las montañas, entre otras cosas (como por ejemplo un recorrido en barca por el río o el Torokko train o tren romántico). Llegar a esta población es bastante rápido, apenas 15' desde la estación de Kioto, y una vez se llega, está bastante bien señalizado el camino que se ha de recorrer. Lo más fácil es comenzar la ruta por el bosque de bambú.

La verdad que ver tanto bambú junto impresiona un poco. El parque donde se encuentra este pequeño bosque tiene varios recorridos. Es fácil estarse media mañana admirando la belleza del parque. Siguiendo alguno de los recorridos se puede atravesar el parque y terminar en el río.

Si se sigue la ribera del río, se llega al puente Togetsukyou, es una reconstrucción del original al del periodo Heian. Este puente limita un poco la zona comercial. Desde aquí hacía la estación hay toda una serie de establecimientos turísticos para comer y comprar algún recuerdo. También está el templo Tenryuji.

Pero como estábamos un poco saturados de templos, nuestra atención se ha centrado en la otra dirección. Allí se encuentra el parque de los monos. En este parque vive una pequeña población de monos de las montañas. Es raro encontrarlos aquí, ya que normalmente están más al norte de Japón. Hay un camino en pendiente ascendente que tarda en recorrerse unos 20', y al final se llega a un pequeño edificio, alrededor del cual se pueden ver, en libertad, los monos.

Estos monos están acostumbrados a las personas, pero eso no quita que son animales salvajes, y con crías, por lo que conviene seguir las recomendaciones que anuncia el parque. Algunos de estos monos tienen cara de pocos amigos.

DIA 14: Hiroshima y Miyajima

Sólo nos quedan dos días más en el país del sol naciente, pero no nos podemos ir sin visitar uno de los dos únicos sitios de la historia donde se ha lanzado una bomba nuclear, de hecho, fué el primer lugar del mundo en sufrir un ataque con bomba nuclear. Para compensar, iremos también a una isla cercana, Miyajima, cuyo torii es, sinó el más famoso del país, al menos uno de los más famosos.

Nos levantaremos temprano, todo lo que nos permite nuestro nivel de cansancio actual, porque hay más de 300km y más de 2h en tren hasta Hiroshima. Y como queremos empezar por Miyajima, se ha de sumar otro tren y un ferry para llegar a la isla. Pero vale la pena, el espectáculo es espectacular. El torii, aunque parezca que está clavado en la arena, en verdad solo está apoyado en seis soportes que sí están insertados en la arena de la playa.

También hemos visitado el templo de Itsukujima. Podría poner cientos de fotos del templo, es uno de los más bonitos que he visto, y con vistas al torii. Me ha costado bastante hacer una selección de fotos.

Ah, se me olvidaba comentar que aquí también hay ciervos en libertad, no tantos como en Nara, pero ahí están.

Nos podríamos haber quedado todo el día, pero también queríamos ver el parque memorial de Hiroshima. Así que,hemos tomado el ferry y luego el tren de vuelta a Hiroshima. Era tarde para comer, pero no se puede pasar la ocasión de probar el plato más famoso de Hiroshima, el Okonomiyaki. También las ostras son un plato popular aquí, pero no me he podido resistir a un Okonomiyaki de huevo.

Restablecidas las fuerzas, hemos tomado un autobús hasta el memorial. Quizás lo más conocido de este parque es la imagen del edificio de la tercera foto, el edificio memorial de la paz (se puede ver como era antes de la explosión). La primera foto corresponde al cenotafio conmemorativo.

Quizás la segunda sea la menos conocida. Se trata de la estatua de los niños de la bomba atómica. Es un monumento a la paz para conmemorar a Sadako Sasaki. Os dejo el enlace para que leáis la historia.

Y aunque nos hubiera gustado entrar en el museo, no nos ha dado tiempo. Personalmenteya lo he visitado, y aunque en esta ocasión no ha podido ser, creo sinceramente que se debería visitar. Ver las consecuenccias de un poder destructivo como el que ocurrió en Hiroshima debería estar en la mente de todos.

DIA 15: Kyoto. Fushimi Inari Taisha

Hoy hemos dedicado por completo la mañana a este santuario que está a 5 minutos en tren de Kyoto. Sin duda, es uno de los puntos más conocidos de la ciudad, sinó de todo Japón, por la particularidad de tener todo el camino de subida al templo de torii rojos uno detrás del otro. Es un templo shintoista dedicado a la deidad Inari, patrona de los negocios (aunque inicialmente era de la cosecha de arroz, y por ende en la antigüedad, patrón de los comerciantes). Hay que decir que cada uno de estos torii ha sido donado por algún hombre de negocios.

Al llegar a la estación ya podemos ver la parte de abajo del santuario.

A partir de aquí comienza el camino de subida hasta la cumbre, cerca de los 230m de altura durante unos 4km de recorrido, donde se halla el último de los santuarios que veremos a medida que subimos el camino. Camino, que dicho sea de paso, es a tramos con escaleras y a tramos sin, y no, no son mecánicas, hay que subirlas a patita. Es un buen entrenamiento para las piernas.

A medida que caminamos, hay una serie de figuras recurrentes, la de los zorros. Esto es porque la figura del zorro, Kitsune, es el mensajero del dios Inari.

Poco más a decir, solo que es precioso, tal y como se ve en las fotos.

Por hoy nada más, hemos de hacer las maletas, que nos volvemos a casa por la mañana temprano. Hasta siempre Japón.