DIA 1: Llegamos y visitamos Stirling

Por fin ha llegado el día, nos levantamos temprano (aún no han puesto las calles) y nos disponemos a volar a Edimburgo. Ya hace años que fuí por primera vez (muchos, casi parece que lo haya soñado), pero me apetece volver por esas tierras.

El vuelo podría haber sido fantástico, pero nos ha tocado detrás una familia con niños pequeños, y uno de ellos parecía que tuviera una sirena de la policía como garganta, no ha parado de berrear. Y si eso no era suficiente para estar tranquilo a la derecha nos ha tocado el pasajero nervioso del vuelo. Ahora me levanto, ahora me siento, que si me da el telele en la pierna y no paro de moverla, ahora la otra, que si le cambio el sitio a mi mujer, que si vuelvo. Osea que de dormir nada.

Una vez llegados al aeropuerto de Edimburgo vamos a recoger el coche de alquiler. El dependiente me pregunta mi dirección y teléfono, y que de donde soy. Cuando se lo digo, me sonríe y me dice: "Muy bien Julio, vamos a ello". A partir de ese momento he pasado a llamarme Julio hasta el final de la conversación con este tipo, y eso que tenía mi nombre delante de la pantalla del ordenador. No es que no supiera mi nombre, es que le ha dado por llamarme así. Por qué? Ni idea. Aquí debe ser que escogen a los dependientes por sus aptitudes cómicas. Mención aparte tiene el tema de conducir por el lado incorrecto. En un primer momento es un cruce de cables mental brutal, y eso que ya he tenido que conducir por este lado en un par de ocasiones.

Pues una vez puestos en la carretera, nos dirigimos a Stirling. El objetivo es ver el castillo y el monumento a William Wallace. Después de eso, en función de cómo estemos de cansados.

Llegados al castillo de Stirling, dejamos el coche en el parking (4 libras) y entramos (15 libras más cada uno). El castillo en sí mismo nos ha parecido normalito, un jardín bonito, unas vistas panorámicas de Stirling, alguna exhibición de cómo se hacían algunas cosas en el castillo hace años, la evolución del castillo a lo largo del tiempo,etc. No voy a entrar en si la visita vale el valor que se paga para entrar, pero así a bote pronto no nos ha sorprendido mucho.

El monumento a William Wallace está algo alejado de la ciudad. Es una torre en cuyo interior hay unas estancias a modo de museo, divididas en tres plantas. Se puede acceder al pié de la torre por un camino bastante chulo que sube serpenteante y que tiene repartidas algunas esculturas de madera que explica la historia de la zona donde está construida la torre. La entrada a la torre vale 10 libras por persona, que hemos decidido no pagar esta vez. Nos ha parecido caro para lo que es.

Y como estábamos muy cansados, hemos decidido hacer el checkin del hotel. Hemos escogido un pequeño hotel en la localidad de Glendevon, a unos 30' de Stirling. Tiene su encanto, aunque las habitaciones tienen años y se nota que tuvieron tiempos mejores (nuestra lucha con la cerradura de la puerta podría formar parte de un relato de suspense... abrirá...no abrirá...) Es un hotel cómodo y acogedor, ambiente familiar. La idea es mañana hacer todo el camino de subida hasta Inverness, así que hoy nos recogeremos pronto. Hemos aprovechado que en el hotel, excepcionalmente, hoy sirven una cena regional y nos hemos apuntado.

Por cierto, en la visita al castillo nos hemos dado cuenta de que aquí uno de los símbolos nacionales es el unicornio, un caballo blanco con un cuerno en la cabeza. Lo hemos visto por todas partes. A ver si encuentro a que se debe está obsesión con un caballo cornudo...

DIA 2: Blair y Inverness

Nos ponemos en marcha temprano, nada más terminar el desayuno. Por estas latitudes los desayunos son al estilo vikingo. Esto ya lo sabíamos pero siempre hace gracia los primeros días. Luego, a medida que van pasando los días, cuando necesitas una grua para levantarte de la cama, ya no te hace tanta gracia. Aún y sabiendo eso, nos hemos dado un gran homenaje, ya lo sufriremos luego...

Hoy tocaba hacer carretera para llegar a la punta más alta de nuestro recorrido, pero no sin antes pasar por la localidad de Blair Atholl, donde queríamos visitar un castillo famoso de la zona, y no por que tenga nada que ver con la película de terror que lleva ese nombre, sinó por su relación con la reina Victoria. La verdad es que la visita no ha estado mal, con más de 30 estancias, una gran colección de armas (incluídas unas naginatas Japonesas) y unos jardines bastante grandes, no nos ha sabido mal pagar las 12 libras por persona de la visita.

Después de eso, de camino a Inverness, nos hemos dedicado, sin éxito, a encontrar algún ejemplar que se deje fotografiar de la típica vaca peluda de estas tierras. Hemos visto alguna a lo lejos, pero muy pocas, y desde luego, ninguna lo suficientemente cerca como para poder ser fotografiada. Lo seguiremos intentando...

Depués de una buena paliza conduciendo, hemos llegado a Inverness. Esta ciudad es la más grande que vamos a ver durante los próximos días, antes de volver a Edimburgo. Es una ciudad bastante coqueta, con ese encanto especial de las ciudades de Escocia, que tantos recuerdos de Irlanda nos evoca. Pero aún así se me hace difícil pensar en pasar más de un día de visita. Una vez vistos el castillo (esta vez por fuera, que con un castillo al día ya tenemos suficiente), las calles principales, las iglesias, la catedral y haber hecho un recorrido por el borde del rio hasta las islas del propio rio, poco queda por ver. Hemos aprovechado para ver también una librería curiosa en pleno centro de la ciudad, e incluso de curiosear en alguna tienda.

Y hasta aquí hemos llegado, porque hemos quedado rebentados. Ahora a descansar que mañana también tenemos una buena jornada por delante.

DIA 3: Lotch Ness

Hoy nos espera un día de relativo relax. En la agenda solo tenemos como puntos de interés el castillo de Urquhart y Fort Augustus. A partir de ahí, la idea es disfrutar del paisaje.

La estancia en el B&B de Inverness ha sido muy buena, la habitación era grande y tranquila y hemos podido descansar bien. Además, la casa estaba situada a pocos metros del mar, y las vistas eran espectulares. Y por si eso no fuera poco, nos hemos vuelto a poner hasta arriba en el desayuno. Mañana ya será otra historia, porque en el alojamiento donde vamos no está inclulido el desayuno. De momento, a disfrutar de unos huevos Beneddict con salmón.

Pues salimos de Inverness hacia el sur y nos preparamos para disfrutar del recorrido. La carretera es diferente a las que habíamos usado hasta ahora, es una carretera más parecida a las que "padecimos" en nuestro viaje a Irlanda, curvas, un solo carril, estrecha, y los lugareños conduciendo como en un rally. Pero podrá ser peor, así que de momento no nos vamos a quejar y a disfrutar. No tardamos en llegar a nuestro primer destino, el castillo de Urquhart. Es en verdad una ruina de castillo, literalmente, vamos, que son unas ruinas, y no se puede acceder a no ser que se pase por caja antes, 9 libras por persona. Ya que estamos, vamos a entrar, ¿no? Además, es nuestro primer castillo del día...En sí no es gran cosa, se puede leer algún cartel e imaginar lo que era alguna estancia en el pasado, pero no hay mucho que ver. Las vistas, eso sí, son muy buenas, y puedes ver el lago perfectamente, ya que la situación del castillo, justo en medio, es inmejorable. Supongo que por eso fué construído, destruído y vuelto a reconstruir en varias ocasiones.

Al menos se puede disfrutar de la brisa en el lago y de unas...pero un momento, que eso que se mueve en la superficie del lago, allí, a lo lejos...no puede ser que tengamos tanta suerte, es Nessie! Ha venido a saludarnos! Voy a hacerle una foto...

Después del avistamiento del monstruo del lago, nos vamos del castillo más contentos. Aunque parece que solo lo hayamos visto nosotros, porque nadie se ha sobresaltado o apuntado en esa dirección.

Seguimos nuestro viaje hasta Fort Agustus por esta carretera, que además de ser estrecha y con bastantes curvas, está mal asfaltada, seguramente por efecto de la nieve. Y estamos hablando de una de las principales carreteras del país. Si esta carretera estuviera en España ya estaría en las noticias. Llegamos a Fort Augustus en poco tiempo, está lleno de gente y aún hemos de comer. Es tarde y nos apetece comer al aire libre. Desde que salimos de Inverness, a lo largo de todo el camino hasta Fort Augustus, en los lados de la carretera había espacios habilitados para parar y hacer unas fotos del lago, pero ninguno de ellos tenía mesa y sillas para hacer un picnic. Así que decididos tirar un poco más allá y dar la vuelta por la otra orilla del lago a ver si veíamos un lugar para comer. Pues bien, si la carretera no era muy buena, en ese momento se vuelve peor, con tramos donde solo puede pasar un coche al principio, y luego la propia carretera se vuelve enteramente así de estrecha. Pero a cambio, las vistas mejoran increíblemente para nuestro gusto.

Finalmente paramos a comer y deshacemos el camino para ver Fort Augustus. El pueblo es pequeño, y a parte de la esclusa del canal de Caledonia, poco más se puede ver. Eso sí, el canal vale la pena verlo.

Después de esto decidimos ir al alojamiento y descansar, ya que mañana nos espera el día más intenso del viaje, visitar la isla de Skye.

DIA 4: Skye

Hoy es el día que más pronto hemos salido del alojamiento. La idea era llegar pronto a la isla de Skye e intentar llegar a Portree a una hora decente, ya que luego teníamos que hacer el camino de vuelta. La verdad es que el timetable (como se nota que en tres días ya hablo con soltura el inglés eeeh) se ha cumplido, y tras casi 2 horas de viaje, hemos llegado antes de las 10h a Portree. Hemos tenido un susto con una furgoneta que venía de frente y ha perdido el control justo delante de nosotros (iba tan deprisa y pegada a la izquierda que ha debido tocar el borde de la carretera), pero entre la maniobra del conductor de la furgoneta y la que yo he hecho no ha pasado nada.

El paisaje en la isla de Skye es muy parecido al del resto de Escocia, o al menos eso nos ha parecido. Quizás un poco más extremo en cuanto a la inclinación de las montañas, que no en altura. Portree nos ha gustado. Aunque es un pueblo pequeño, tiene mucho encanto. El colorido de las casas es realmente llamativo. Pero el pueblo es tan pequeño que en 2h ya prácticamente lo has visto todo. Muy cerca está la destilería Talisker, pero no somos de beber whisky (aún, con el tiempo...)

Así que hemos dado media vuelta y aprovechado para volver a una hora razonable al castillo del día, el Elian Donan Castle (el de la película de los "Inmortales") En verdad, como muchos castillos del mundo, es un castillo reconstruido (eso fue en la década de los años 20 y 30) ya que fue derruido hace tiempo y cuyas estancias han sido adornadas con muebles y utensilios de diferentes épocas (lo mismo que muchos otros). También, como muchos, no ha tenido una funcionalidad real desde hace ya muchos años. Quizás lo que más nos llama la atención de este castillo es la estética, el conjunto del castillo con el paisaje. Al menos de los que hemos visto hasta ahora.

Tras hacer el checkin en el B&B, hemos decidido ir a visitar uno de los puntos de interés que nos dejamos por visitar ayer, la Falls of Foyers, una cascada cercana a Fort Augustus y que para llegar hay que recorrer un auténtico rally con el coche, carreteras secundarias de sentido único, como "las de antes", pero con un paisaje precioso.

Y además por fin hemos cumplido uno de los objetivos principales, ver las vacas peludas escocesas de cerca!

Ya de vuelta, hemos cenado en el pueblo. Así como los desayunos son vikingos, las comidas/cenas, si te descuidas pidiendo, lo mismo. Así que para cenar con un solo plato principal, para nosotros es suficiente. No voy a hacer ninguna mención a la cocina aún, necesito más tiempo para procesar.

Y esto es todo por hoy. Mañana bajamos en dirección a Fort William, y si hay suerte, veremos el tren de Glenfinnan.

DIA 5: El tren de Harry Potter y Glencoe

Hoy hemos vuelto a desayunar como campeones. Supongo que en algún momento tendremos que dejar de darnos esos homenajes pero como nos lo ponen tan fácil...Hoy como objetivos principales tenemos ver el tren a vapor Jacobita pasando por el viaducto de Glenfinnan (en el que se basaron para hacer la película de Harry Potter) y adentrarnos en Glencoe.

La verdad es que si me lo dicen no me lo creo, pero cuando estaba leyendo información sobre qué ver en Escocia, en alguna página se mencionaba un tren a vapor que pasa por un puente y que sirvió de inspiración para los libros de Harry Potter. Irresistible...Así que nuestro primer objetivo era salir lo más temprano posible y hacer la casi 1h y 15 minutos de camino para llegar cuando el tren, que sale de Fort William, pasara por el puente. Esto se da solo dos veces al día y si no lo veíamos hoy ya no lo podríamos ver. Según los cálculos, el tren pasaría entre las 10:45h y las 11h esta mañana. Nos ponemos en marcha. El día se ha levantado tapado, y lloviendo a ratos con una lluvia fina que alguna ocasión nos ha parecido aguanieve. Sabíamos que aunque llegáramos a tiempo, es posible que no lo vieramos bien a causa de las malas condiciones meteorológicas. Y poco ha faltado. La carretera estaba con tráfico lento y una vez hemos llegado estaba todo el aparcamiento lleno. Hemos tenido mucha suerte de dar una vuelta y volver justo cuando se iba un coche del aparcamiento y nos hemos metido nosotros. Corriendo hemos salido a ver si llegábamos a tiempo, ya se oía el silbato del tren y el sonido armónico de las ruedas y la salida del vapor. Nos hemos colocado como hemos podido en un sitio entre la gente y hemos podido ver el tren.

Sí, ya sé que en la foto no aparece pero es que o le hacía la foto o me lo perdía. Suerte que el puente no se mueve, sino aún nos quedamos sin fotografiarlo tampoco. Cuando ha acabado de pasar el tren, hemos aprovechado para ver el monumento de Glenfinnan de lejos (no pienso pagar por ver una simple torre con una estatua arriba) y ver un poco mejor el puente.Como hemos pasado por Fort William y no hemos parado, hemos dado marcha atrás y le hemos dedicado un tiempo. Es un pueblo muy pintoresco con una calle principal con mucho comercio, pero poco más.

Con el primer objetivo cumplido, hemos ido directos a por el segundo, Glencoe. Aunque pensándolo bien, podríamos decir que es en verdad uno de los motivos por los que hemos venido a Escocia. Glenoe es un paraje natural de un belleza incuestionable. Si ya estamos acostumbrados desde que hemos venido a ver montañas que de repente suben con una pendiente importante, lisas por el efecto de la nieve y completamente verdes, imaginemos que nos las ponen cerca y a ambos lados, estando nosotros en el valle que formarían. No es para nada un ambiente escalofriante como he oído decir, más bien imponente, majestuoso e increíblemente bello. Nos hemos decidido a entrar en una de las carreteras estrechas que salían de la carretera principal y que se adentran entre las montañas, y hemos quedado maravillados. Las fotos no hacen justicia, hay que verlo.

Como mañana tendremos tiempo para adentrarnos un poco más en Glencoe, nos hemos dirigido al hotel a hacer el checkin, y luego hemos puesto de nuevo rumbo a otro objetivo, el pueblo de Oban. Oban es conocido principalmente por su famosa destilería de whisky. Tiene su encanto, pero comparado con los parajes naturales que hemos visto hoy, queda bastante en segundo lugar.

Y eso ha sido el día de hoy. Para cenar me apetecía probar el marisco de la zona que dicen que es muy bueno. Y así es, han traído unas cigalas enormes de más de dos centímetros de diámetro de cuerpo (nunca habia visto unas cigalas tan grandes) y muy buenas. La única pega es que pensaba que me traerían langostinos...En inglés si ves escrito "langostine" se refieren a las cigalas. Esta clase de inglés me ha costado 30 euros...Mañana, más...

DIA 6: Glencoe (de nuevo), la tumba de Rob Roy y más

Hoy es nuestro último día en las Highlands, mañana iremos directos a Edimburgo. Por eso, hoy hemos querido dedicar el día a disfrutar al máximo de estos parajes. Para empezar, hemos repetido el lugar que más nos ha impresionado hasta ahora, Glencoe. Hemos ido hasta un punto en que podíamos estar tranquilos y disfrutar un poco del impresionante paisaje.

Muy a nuestro pesar, ojalá tuviéramos más días, pero hay que continuar viendo el resto del país. La siguiente parada son las Falls of Dochart, en la localidad de Killin. Ciertamente es un lugar bonito, pero no nos ha parecido muy impresionante, nos ha parecido que le faltaba agua. Antigüamente había un molino, ahora reconvertido en un punto de venta. Hemos aprovechado y hemos realizado un pequeño recorrido por la zona, paseando por la vera del lago y disfrutando del día. Killin es un pueblo muy tranquilo, de veraneo.

Después de eso, nos hemos dirigido a la tumba de Rob Roy, que se encuentra muy cercana a Killin. La verdad es que no se sabe si es la tumba real. Hay un cartel que indica que es improbable, puesto que Rob Roy murió de las heridas que sufrió en un duelo. Pero en la iglesia que hay en el cementerio justamente hay un cartel que indica todo lo contrario. Sea como fuere, hacer un poco el friki y visitar la tumba de uno de los personajes más famosos de la historia de Escocia, después de visitar el monumento a William Wallace y a Robert the Bruce, era obligado. Cuando se pongan de acuerdo que lo digan y volvemos a visitarla.

Hemos continuado viajando, hemos ido a ver un toro de la especie típica de Escocia (la especie esta que tiene tanto pelo), pero no un toro cualquiera, no, un toro en concreto, famosete, del palo de los que salen en los programas estos de cotilleo. Sinceramente, yo he visto al toro como otros, un poco viejo y con cara de estar hasta las narices de los turistas. Pobre animal, dejadlo en paz ya oye! Hemos seguido con la visita del pueblo de Callander, un pueblo muy pintoresco en el borde las Highlands.

Después de visitar el pueblo de Callander, nos hemos dirigido al alojamiento. En esta ocasión estaba situado en la localidad de Cladich, y ha sido una grata sorpresa. Un sitio muy tranquilo, rural y una habitación espectacular, la mejor de las que hemos disfrutado hasta el momento. Para cenar, nos hemos acercado a la localidad cercana de Inveraray, un auténtica sorpresa. Íbamos tan solo a cenar para luego volver a Cladich y nos hemos quedado a visitar el pueblo, ya nos ha parecido precioso. Sinceramente no nos lo esperábamos.

Ya de vuelta en la habitación del B&B, solo podemos intentar retener en la memoria lo que hemos visto hasta ahora e intentar no olvidarlo.

DIA 7: Edimburgo

Llego la hora de dejar las Highlands y volver al mundanal ruido. No somos de visitar ciudades, preferimos el campo, como las cabras, o los templos, iglesias o museos, pero no podemos irnos de Escocia sin ver Edimburgo. Aún así estamos deseando llegar y ver como es la ciudad.

Después de casi 3 horas de camino, llegamos a las afueras de Edimburgo, donde está situado nuestro hotel. Decidimos probar suerte a ver si la habitación está preparada, o como mínimo dejar el equipaje. Llegamos al hotel, de nombre Twin Lions. En la entrada, hay una persona oriental arreglando la valla. Sobre la puerta, dos leones dorados...Hum...Esto promete...Y las sospechas se confirman, detrás de la ventanilla de recepción, un joven oriental. Nunca he estado en un hotel regentado por chinos. En las películas americanas a veces aparecen este tipo de hoteles y siempre me ha parecido un tópico, como la nani mexicana o el dependiente de una tienda de electrodomésticos pakistaní. Pero aquí estamos...

Pues nada, realizamos el checkin y nos disponemos a realizar la exploración de Edimburgo. Subimos en dirección al castillo por la calle Victoria, donde, entre otras tiendas curiosas, encontramos una dedicada en exclusiva a Harry Potter.

Seguimos por la Royal Mile, una calle tremendamente popular y repleta de tiendas para el deleite del turista, que va desde el castillo de Edimburgo hasta el palacio de Holyrood. Recorriendo esta calle podremos ver la catedral de St. Giles, el edificio del parlamento Escocés, el tribunal supremo y el museo de Edimburgo, entre otros. Al final de la calle, se encuentra el Palacio de Holyrood y justo detrás el parque de Holyrood, en el que puedes subir el punto más alto, Arthur's seat, a unos 250m de altitud, y que proporciona una vista panorámica de la ciudad. Otro punto de interés es el monumento al escritor sir Walter Scott y la catedral de St.Mary.

Si lo que quieres es ir de compras, puedes hacerlo en la zona comprendida entre los monumentos de Melville y el Albert memorial. Justo estamos en esta zona, y acabamos de pasar por un restaurante chiponés (japonés regentado por chinos) y hace tanto calor y estamos taaaan cansados, que nos hemos planteado cenar ya. Si, ya sé que son las 16:45, pero aquí a partir de las 17h ya se abre la veda para cenar y a las 20h muchos restaurantes ya han cerrado. Así que, porqué no? Y eso hemos hecho, con un par, cenar cuando en nuestro país posiblemente alguien esté acabando de comer. Y oye, que bien nos ha sentado, y a las 21h durmiendo, fijo, lo estoy visualizando. Total, aquí a las 18h está casi todo cerrado (aquí, exceptuando gasolineras, restaurantes, supermercados y alguna que otra tienda, a las 17h comienzan a plegar del trabajo) y vamos taaaan cansados, no lo he dicho aún? Es que llevamos desde las 12h dando vueltas.

Pues con el estómago lleno y con algo más de fuerzas hemos continuando explorando Edimburgo, aunque con algo menos de entusiasmo.

Ya nos duelen los pies, nos dirigimos hacia el parking donde hemos dejado aparcado el coche, y de ahí al hotel. Mañana será el último momento para visitar la ciudad y despedirnos de Escocia.